El mayor reto de este proyecto era conseguir que una planta baja oscura de 29 m² del barrio del Cabanyal, se convirtiera en una vivienda luminosa donde tuviera cabida un espacio para trabajar, una zona para socializar con una amplia cocina y un dormitorio con todas las comodidades.

Otra de las constantes del proyecto era la escasez de recursos económicos. Esto nos llevó a utilizar lo que tuviéramos al abasto, incluido restos de contenedores de las obras vecinas, como los paneles de policarbonato del baño, que permitían introducir luz en el único espacio cerrado de la vivienda. A excepción de las instalaciones de fontanería y electricidad que se dejaron vistas, el resto de los elementos fueron construidos por la propietaria, conocedora de diferentes metodologías tradicionales de construcción.

Los espacios fluyen alrededor del módulo del baño, que se construye desde la yuxtaposición de dos piezas geométricas, el círculo ejecutado con ladrillo y revestido con mortero de cal, y el rectángulo en madera.Este módulo se encuentra elevado para albergar la cama extraíble que da servicio al comedor, estar o dormitorio dependiendo del día, en la zona vinculada al patio. Esta propuesta permite transformar el espacio en cuestión de segundos y así conseguir en los escasos metros de los que disponemos tres espacios amplios y diferenciados.

Los materiales utilizados para la ejecución de los diferentes ambientes son la madera, como estructura portante del módulo de baño y cocina, y el tadelak como elemento conductor del proyecto que entre sus virtudes se encuentra la regulación de la humedad, tan necesario en una planta baja del barrio marinero a escasos metros del mar.

Las tardes de primavera, sentada en el patio conectado visualmente con la calle, disfrutas de las bondades del patio al oeste. La sinceridad con la que se ha llevado a cabo la obra permite disfrutar de la calidez de los materiales, aportando esa calma que necesitas en tu hogar.